LAS SECUELAS DEL ABUSO SEXUAL EN EL ?REA DE LA SEXUALIDAD

Fecha 20/12/2010 14:36:17 | Tema: Articulos



Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas
 para la Prevenci?n del Delito y Tratamiento del Delincuente
 ILANUD 

Programa Regional de Capacitaci?n contra la Violencia Dom?stica 

Las secuelas del abuso sexual en  el ?rea de la sexualidad

Dra. Gioconda Batres M?ndez
Directora del Programa

 

Introducci?n

En esta ponencia quiero ir m?s all? del an?lisis psicol?gico de la etiolog?a y las secuelas de los delitos sexuales contra las mujeres, los ni?os y las ni?as, hacerlo desde la cultura sexual patriarcal, que es el sistema de dominaci?n b?sico sobre el que se asientan los dem?s sistemas (raza, clase). Entiendo la violencia sexual como un conjunto de estrategias destinadas a mantener este sistema, o el conjunto de relaciones estructuradas de acuerdo con el poder, en virtud de los cuales un grupo de personas queda bajo el control de otras.

Al ser una relaci?n de poder, esta relaci?n entre los sexos es pol?tica.  Esta apropiaci?n de la sexualidad femenina no es s?lo reflejo de la opresi?n de las mujeres sino un factor importante en la construcci?n de todas las formas de poder.


Esta exposici?n est? dividida en tres secciones:

  1. Aspectos te?ricos sobre la violaci?n de las mujeres adultas.
  2. Teor?a g?nero sensitiva en el abordaje del abuso sexual. Especialmente el incesto padre/hija.
  3. Una mirada cr?tica al DSM IV y las llamadas disfunciones sexuales.

[pagebreak:ASPECTOS TE?RICOS SOBRE LA VIOLACI?N DE ADULTAS]

1. Aspectos te?ricos sobre la violaci?n de adultas

La violaci?n define el encuentro sexual paradigm?tico de la opresi?n femenina. El mensaje de la violaci?n materializa la jerarqu?a del poder masculino y la erotizaci?n del mismo.

?Qu? quieren los hombres que violan a las mujeres? La pornograf?a nos ofrece algunas respuestas de lo que los hombres quieren sexualmente de las mujeres, tomarlas cuando as? lo desean, tratarlas y exponerlas como objetos, atarlas, torturarlas, humillarlas, degradarlas y hasta asesinarlas.

La asociaci?n entre violaci?n y placer se constata en las im?genes de la pornograf?a. Las mujeres son colocadas en las categor?as m?s despreciables de los seres humanos, en las cuales los ni?os y las ni?as son incluidas/os.

Estar sexualmente objetivada se refiere a tener un significado social como una cosa que puede ser utilizada sexualmente. Y existe una relaci?n entre excitaci?n y jerarqu?a gen?rica en donde la sexualidad masculina se activa por la violencia hacia las mujeres. Por lo tanto mantener sometida a las mujeres excita a los hombres (Mac Kinnon, 1998).

Muchos violadores entrevistados han confirmado que ese sometimiento femenino les eleva la autoestima despu?s de la violaci?n y encuestas aplicadas a estudiantes americanos reportan que la tercera parte de los hombres violar?an a una mujer si no fueran atrapados.

De tal forma que buscar una sexualidad equitativa sin una transformaci?n pol?tica es buscar la igualdad en condiciones de desigualdad, lo cual no es posible.

La violaci?n es una estrategia pol?tica para mantener a las mujeres en estado de terror. Muchas de las mujeres asesinadas han sido previamente violadas y esto es un mensaje claro de lo que podr?a pasarle a las mujeres que no obedecen los mandatos de la sumisi?n (French, 1992).

Para la ideolog?a masculina, la sexualidad est? articulada con el poder. La relaci?n entre sexualidad y violencia es estrecha. La coerci?n sexual y la cosificaci?n  del cuerpo femenino son parte  de la sexualidad aprendida asociada al poder. Tempranamente los hombres aprenden que las mujeres les pertenecen. Se construye el binomio que  me aterra: placer es violencia y violencia es placer.

Los hombres aprenden a excitarse con la dominaci?n, la sumisi?n y la humillaci?n. Violar, abusar a ni?as se convierte en un camino que alimenta la masculinidad del violador.

2. Poder y masculinidad

El ejercicio del poder del hombre no se da solamente en la familia, sino que se legitima socialmente.
El poder simb?lico, el concreto, el econ?mico, el psicol?gico que tienen los hombres deriva de la posici?n de superioridad sobre las mujeres, dentro y fuera de la familia.

?Los hombres aprenden a ejercer poder sobre las mujeres y este ejercicio incluye no escuchar la voz de las mujeres, subordinar los deseos y la voluntad de ellas a los suyos y concentrarse en el cuerpo femenino como un objeto y una imagen no como una expresi?n integral de una persona completa consciente, con derechos y sentimientos? .
En la relaci?n de pareja, las estrategias sexuales usadas  por los hombres est?n destinadas a obtener control, son similares a las usadas en la sociedad, destinadas a obligar a renunciar al adversario. Lo masculino es visto como lo m?s valioso, tanto en el ?mbito privado como p?blico, lo que le otorga a la masculinidad privilegios y beneficios sociales.

En cuanto al poder masculino, las mujeres estamos en posici?n inferior, bajo una menor jerarqu?a. Esta diferencia genera las condiciones propicias para el dominio y la violencia y, as? mismo, posibilita el control de las mujeres, de sus vidas, sus cuerpos y decisiones. Las mujeres tenemos el poder de las despose?das y los hombres ostentan el poder de los que dominan y controlan.

La violencia sexual en el hogar tiene como objetivo tener a la pareja bajo control para obtener beneficios, como una forma de imponer la esclavitud a una persona para que sirva a otra.

[pagebreak:MITOS DE TERAPEUTAS SOBRE VIOLACI?N EN RELACI?N A LA VIOLENCIA SEXUAL.]

3. Mitos de terapeutas sobre violaci?n en relaci?n a la violencia sexual.

La violaci?n es percibida por las mujeres como una especie de p?rdida, simboliza una p?rdida de control y una gran humillaci?n y denigraci?n.
La mayor?a de las mujeres violadas desarrollan reacciones emocionales negativas extremas y alteraciones fisiol?gicas, conocidas como desorden de stress post traum?tico.
La violaci?n es inadmisible, quiebra el cumplimiento de los derechos humanos y causa da?o a las familias y la humanidad.
La violaci?n es un delito que degrada, deshumaniza y viola el yo de las v?ctimas.

En un estudio realizado en la UNAM en (falta a?o) las secuelas fueron: anorgasmia 38%, disminuci?n del deseo sexual 25%, vaginismo 13%, aversi?n a ser tocada 13%.

El 73% present? sensaciones de desrealizaci?n y despersonalizaci?n y 69% sensaci?n de muerte inminente. Seis meses despu?s, el 64% de las v?ctimas no hab?a restablecido su vida sexual.

Sin embargo, la atenci?n de la violaci?n en todas las ?reas, salud, justicia, polic?a sigue siendo vergonzosamente deficitaria.

Asociada a mitos y poderes masculinos, la violaci?n es vista a?n, como responsabilidad de la v?ctima en la mayor?a de nuestros pa?ses. En un test sobre actitudes y mitos que el Programa Regional que dirijo aplic? a terapeutas, se evidenci? que con frecuencia el mito de la provocaci?n femenina sigue presente, y su prevalencia es del 64,8%  en pa?ses como Guatemala, Honduras, Panam?, El Salvador, Uruguay y Paraguay.

Persisten percepciones que depositan en factores externos la responsabilidad del comportamiento abusivo. Elementos que minimizan la responsabilidad del ofensor y ocultan el poder determinante del poder en la violaci?n.(Batres, 1999).

4. Abuso sexual y violaci?n contra las ni?as y ni?os

Cuando en 1986, inici? el primer programa de atenci?n a v?ctimas infantiles de abuso sexual, no imagin? cu?n dif?cil iba a ser el camino. Desde entonces, hasta la actualidad el tema del tratamiento del abuso sexual infantil, tanto en Costa Rica, como en Am?rica Latina ha padecido, tal cual, una enfermedad cr?nica de lentos avances y dolorosas p?rdidas.

Lo lento que ha sido el ingreso de la pr?ctica terap?utica al sistema de salud nacional, las pol?ticas nacionales sin aplicaci?n a la atenci?n del abuso sexual, el tratamiento escaso, encontr?ndose al momento desbordados peque?os grupos de salud que trabajan en distintos hospitales, y por ?ltimo, la ausencia de organizaciones no gubernamentales que tengan el trabajo con v?ctimas de delitos sexuales como primordial.

En cuanto a los avances, puedo decir que existe una mayor aceptaci?n de la necesidad de seguir modelos de tratamiento espec?ficos para el tratamiento de las secuelas traum?ticas del abuso sexual y observo la progresiva solicitud para obtener ese entrenamiento, que lamentablemente, el Programa que funciona en el ILANUD no puede satisfacer como quisiera. Sin embargo, intentamos dar respuesta paulatina y nos complace haber iniciado ya capacitaciones para funcionarios de la Caja Costarricense del Seguro Social en Costa Rica.


[pagebreak:EL INCESTO PADRE-HIJA]

4.1  El incesto padre -hija

El incesto m?s frecuente es el incesto padre/hija, y por ello, me referir? al mismo.
Las estad?sticas son contundentes. En pa?ses en donde los mecanismos de recolecci?n de la casu?stica ha mejorado, como en Costa Rica, Nicaragua y El Salvador las cifras respaldan esta verdad. En algunos otros pa?ses a?n es nebuloso el tema y las estad?sticas deficientes. La precaria estructuraci?n de las instituciones hace que los registros se?alen en ocasiones al padrastro como el principal victimario, lo que ha sido usado para protegerse del horror que representa la verdad de que las ni?as est?n siendo abusadas par aquellos con los que tienen lazos sangu?neos.

Estos subregistros o los estereotipos mistificadores tambi?n obedecen a otras consideraciones de tipo pr?ctico e ideol?gico, la verdad es que el padre es la figura m?s amenazante y poderosa tanto en la familia como en la sociedad y esto es un obst?culo a la hora de tomar la decisi?n de realizar la denuncia. Todos estos factores inciden en los registros parciales y en las dificultades para denunciar.

El padre, el padrastro, hermano, t?o, abuelo, maestro, m?dico y otros, son, sin duda, patriarcas con poder inmenso frente a la peque?a v?ctima. Por lo tanto, el incesto padre/hija representa el paradigma de la victimizaci?n sexual femenina. Este gran poder del padre, del padre adoptivo, del padrastro, produce impotencia y terror, ya que es el adulto m?s poderoso de la vida de la ni?a.

La conciencia de que el incesto es un acto despreciable, traum?tico y destructivo, es un hecho reciente. Las sociedades han sido reticentes para aceptar esta verdad, a pesar de que cientos de mujeres, ni?os y ni?as abusadas (os) sexualmente transitaron y transitan por los consultorios.

Frente a tan deliberada ignorancia, las explicaciones no pueden ser de ?ndole te?rica. Debi? haber un velo ideol?gico en el acto  de cambiar el sexo y parentesco con las v?ctimas de los ofensores, alguien necesit? ser protegido probablemente porque el incesto es un acto de atrocidad cometida por los hombres principalmente.


Las teor?as que culpan a las ni?as (os) y a veces a las madres a?n est?n vigentes. Se ense?an en nuestras universidades como ?nica alternativa te?rica.

He observado con atenci?n y amor a las sobrevivientes en terapia y con asombro y dolor confirm? que todas ellas y ellos tienen un nivel profundo de perturbaci?n, dolor, rabia e impotencia. Todas ellas y ellos llegan a la consulta atrapadas en esta red de injusticias.

Como el incesto inicia generalmente cuando la ni?a es peque?a, cuatro, cinco a?os; aunque hay suficientes casos estremecedores de ni?as abusadas desde los primeros meses de vida, las v?ctimas sufren de grandes quebrantos y alteraciones en las etapas de desarrollo.

El sentido del yo, de ser persona debe ser construido en un ambiente impredecible, con relaciones corruptas, como son las que establece el padre ofensor, caracterizadas por el control totalitario, el terror cotidiano, el aislamiento y el secreto impuesto. As? las sobrevivientes enfrentan grandes dilemas en esa familia, en la cual deben desarrollar una identidad, su capacidad de autonom?a, su imagen y estima. En un lugar en donde se le trata como esclava o como una ni?a prostituta, donde se le exige aceptar el abuso a cambio de cari?o,?Cu?l imagen corporal sana puede desarrollar? Necesita desarrollar defensas para la vida, cuando su cuerpo debe estar noche y d?a a disposici?n del abusador, ?Qu? posibilidad tiene de adquirir confianza cuando sus relaciones est?n dictadas por la traici?n? ?Cu?l autonom?a puede gestarse, cuando su voluntad, su no, es permanentemente quebrantado?

El abuso, por lo contrario, congela a la v?ctima en un estado precario del yo, en donde la posibilidad entre la vida y la muerte es una constante. Sus s?ntomas son los gritos disfrazados de los secretos jam?s contados. Los secretos que fueron tan terribles no pueden ser dichos con palabras. Sus s?ntomas, hablan de esos horrores.

El abusador con sus palabras, coloniza su lenguaje, el lenguaje del amor y del desamor, convirti?ndolo en el cotidiano. Ella habla con met?foras como una forma de inventar una manera de comunicarse que el ofensor no haya mancillado.

Debe creer en la justicia cuando para ella no llega, en la humanidad aunque nadie la escucha. Aceptar que frecuentemente no existe reparaci?n, que los ofensores, sus padres, son insensibles, indiferentes a sus reclamos, y no queda otra alternativa, m?s que aceptar que ellas crecieron en soledad y peligro.

Las v?ctimas deben cargar sentimientos de culpa, dif?ciles de desarticular a?n en terapia, porque la culpa la salva del hecho dantesco de aceptar, que de ni?a, estuvo en manos de un padre que en vez de cuidarla, la explot? y esclaviz?. As?, prefiere pensar que ella es la mala, antes que ver como tal a la persona de quien ella depende. Los sentimientos de culpabilidad cumplen una funci?n protectora frente a sentimientos insoportables de fragilidad.

Desconectarse de sus sentimientos, de su cuerpo, es una tarea frecuente y extraordinaria de la mente cuya funci?n es sobrellevar el dolor que causa el incesto. Disfrutar del cuerpo es algo prohibido, ellas no conf?an ni en su cuerpo ni en manifestaciones del mismo. El cuerpo no se lleva, no se siente, no se ama. Por ser ?ste el veh?culo en el cual ha reca?do directamente la ofensa. La atenci?n sin intenciones sexuales es desconocida. Un hombre que no busque el contacto sexual no es de fiar y aquel cuyas intenciones son sexuales, representa al padre, lo que deposita un descarnado dilema en los hombros de la sobreviviente.

Para ellas, ?stas p?rdidas son desconsolantes. Se pulverizan los supuestos b?sicos que necesita todo ser humano para crecer. Las personas necesitan creer que las cosas malas les suceden a las dem?s, suponer la existencia de la justicia y que el mundo es significante. La aceptaci?n de las p?rdidas que el incesto deja, siempre produce resistencia y un profundo dolor. Admitirlas es reconocer que no tenemos poder para cambiar lo que pas?, ni control sobre quienes nos infringieron ese dolor.


Al igual que otras disciplinas, la teor?a sobre la violaci?n y el abuso sexual necesita ser sometida a una exhaustiva revisi?n que deconstruya nociones que aparec?an como verdades universales. Necesitamos retomar con un nuevo enfoque, como vivimos, como organizamos la vida familiar, las pautas cotidianas, los roles en la pareja, las teor?as acerca de la crianza de los hijos, las decisiones laborales, as? como las consideraciones para medir salud y enfermedad en mujeres, ni?os y ni?as. Para as? poder asegurarnos que el abordaje, los par?metros y sobre todo lo que promovemos como ciencia y verdad, no revictimice a la mujer, ni?os y ni?as refuerce roles sociales, promueva dependencia o inferioridad.
Es importante despertar la conciencia de que la mirada est?ndar, y por lo tanto las definiciones que constitu?an nuestras herramientas de trabajo profesional, proven?an de un observador masculino y expresaba una perspectiva masculina no universal. El develamiento del trasfondo patriarcal en las teor?as, reposiciona la pregunta de a que sujeto observamos, conocemos y definimos. Por lo tanto, necesitamos revisar la ciencia que se nos propone como verdadera y poner l?mites a las certezas de lo considerado ?universal?.

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4.2 Secuelas del incesto y abuso sexual

Desde 1985 David Finkelhor propone un marco para un entendimiento m?s sistem?tico de los efectos del abuso sexual infantil. El modelo propuesto postula que la experiencia del abuso sexual puede ser analizada en t?rminos de cuatro factores traumatizantes, el d?a de hoy, especialmente mencionar? lo que ?l llam? la sexualizaci?n traum?tica que se refiere  al proceso en el cual se le da forma a la sexualidad de una ni?a, incluyendo tanto los sentimientos sexuales como las actitudes sexuales, en una manera inapropiada en t?rminos del desarrollo; y disfuncional en t?rminos de la interpersonalidad, como resultado del abuso sexual. Esto puede manifestarse en una gran variedad de formas a lo largo del abuso. La sexualizaci?n traum?tica puede ocurrir cuando una ni?a es premiada repetidamente por su ofensor por un comportamiento sexual que es inapropiado para su nivel de desarrollo. Ocurre por medio del intercambio de afecto, atenci?n, privilegios y regalos por el comportamiento sexual, de tal manera que la ni?a aprende a utilizar el comportamiento sexual como una estrategia para relacionarse con otros. Ocurre cuando ciertas partes de la anatom?a de la ni?a se le da cierto car?cter de fetiche, una importancia y significado distorsionados. Ocurre por medio de las concepciones err?neas y las confusiones acerca del comportamiento sexual y de la moralidad sexual que el ofensor transmite a la ni?a. Y pasa tambi?n cuando algunos recuerdos y eventos que lo atemorizan mucho son asociados en la mente de la ni?a con la actividad sexual.

Las experiencias del abuso sexual pueden variar dram?ticamente entre una ni?a y otra.   Las experiencias en las que el ofensor hace un esfuerzo para estimular, la respuesta sexual de la ni?a, son probablemente m?s sexualizadoras que aquellas en que el ofensor usa a una ni?a en forma pasiva para masturbarse. Las experiencias en las que la ni?a se le incita a participar son probablemente m?s sexualizadoras que aquellas en las que se utiliza la fuerza bruta, sin embargo, a?n con el uso de la fuerza, puede ocurrir una forma de sexualizaci?n traum?tica como resultado del miedo que se asocia con el sexo inmediatamente despu?s de tal experiencia. El grado de comprensi?n de la ni?a tambi?n puede afectar el grado de sexualizaci?n. Las experiencias en las que la ni?a por su temprana edad o por su nivel de desarrollo no entiende las implicaciones sexuales de las actividades, pueden ser menos sexualizantes que aquellas que implican una mayor comprensi?n. Las ni?as que han sido sexualizadas en forma traum?tica emergen de sus experiencias con repertorios inapropiados de su comportamiento sexual, con confusiones y concepciones err?neas acerca de sus conceptos del sexo y con muchas asociaciones inusuales entre emoci?n y actividad sexual (Finkelhor, 1985).

La experiencia del abuso sexual puede repercutir en la vida adulta en todas las fases de la vivencia sexual. Es frecuente que la mujer v?ctima de incesto no experimente deseos sexuales afirmando que no siente nada o rechazando todo lo relacionado con la sexualidad y el cuerpo. Tambi?n se pueden dar problemas con el orgasmo y la excitaci?n.

En otros casos, puede ocurrir que la mujer disfrute haciendo el amor pero tenga problemas con determinada posici?n o con el contacto oral-genital.  Algunas de las secuelas pueden ser: miedo a hacer el amor, no poder sentir, disociaci?n, rechazo del propio cuerpo, rechazo de la sexualidad, conductas sexuales compulsivas, actividad sexual precoz, comportamientos sexuales agresivos, promiscuidad, prostituci?n, fobia a la intimidad sexual.

Secuelas observadas m?s frecuentemente en 100 casos atendidos en mi consulta privada entre 1992 y 1995 de tipo: conductuales, emocionales, relacionales y problemas f?sicos.

[pagebreak:UNA NUEVA VISI?N SOBRE LAS LLAMADAS DISFUNCIONES SEXUALES]

5. Una nueva visi?n sobre las llamadas disfunciones sexuales


En octubre del a?o 2000, se reunieron un grupo de expertas/os con la finalidad de aportar una visi?n cr?tica a la APA, en relaci?n con su visi?n sobre los problemas sexuales de las mujeres, que en realidad muchas de ellas son secuelas de traumas en la infancia, adolescencia y vida  adulta.

Los mismos opinaron que las barreras fundamentales par entender la sexualidad femenina es el esquema m?dico utilizado por la APA y que aparece en el DSM IV.

Se divide los problemas sexuales para los hombres y las mujeres en cuanto a categor?a disfuncionales tales como: Trastornos del deseo sexual, (deseo sexual hipoactivo, trastorno por aversi?n al sexo) trastorno de la excitaci?n sexual, trastornos org?smicos, trastorno sexual por dolor. (dispareunia, vaginismo, por enfermedad m?dica)

Estas ?disfunciones? se asumen como una respuesta psicol?gica universal y han estado  basadas en la teor?a de Master  y Johnson.

La m?s seria distorsi?n es que reduce los problemas sexuales desde su funci?n fisiol?gica.

El ?nfasis fisiol?gico conribuy? a concluir que los des?rdenes son tambi?n similares.

Muchos estudios han reportado que las respuestas masculinas y femeninas difieren en muchos m?s. Por ejemplo, las mujeres no separaran el deseo de la excitaci?n.

Un ?nfasis en las etiolog?as fisiol?gicas ignora las implicaciones que la inequidad basada en el g?nero, la clase social, la etnia, la orientaci?n sexual etc? generan. Las condiciones sociales, pol?ticas y econ?micas, incluyendo la violencia sexual, las limitaciones de las mujeres para acceder a educaci?n sexual, placer, satisfacci?n est?n ausentes.

Todas las mujeres no tienen las mismas necesidades sexuales, satisfacciones y problemas como para catalogarlas en las categor?as, de deseo, excitaci?n, orgasmo y dolor.

Se propone una nueva  clasificaci?n para los problemas sexuales de las mujeres en donde se tome en cuenta la individualidad y las inhibiciones basadas en  la cultura y las relaciones de pareja.

En 1999, las Asociaci?n Mundial de Sexolog?a adopt? la Declaraci?n de los Derechos Sexuales algunos de ellos son:

  • El derecho a la libertad sexual, que excluye toda forma de coerci?n, explotaci?n sexual y abuso.

  • El derecho a la autonom?a sexual y la seguridad.
  • El derecho al placer, que es una mezcla de lo f?sico, psicol?gico, intelectual y espiritual.
  • El derecho a la informaci?n sexual
  • El derecho a la salud sexual

[pagebreak:PROPUESTA PARA UNA NUEVA CLASIFICACI?N DE SECUELAS SEXUALES]

Propuesta para una nueva clasificaci?n de secuelas sexuales desde la perspectiva del g?nero:

La nueva clasificaci?n se define como una insatisfacci?n con los aspectos emocionales, f?sicos, o relacionados con la experiencia sexual.

La propuesta que toma en cuenta los aspectos gen?ricos, sociales y culturales, es la siguiente:

I. Problemas sexuales relacionados con aspectos socio-culturales o factores econ?micos.

A. Ignorancia y ansiedad por una educaci?n sexual inadecuada, falta al acceso a los servicios de salud.

  1. Falta de vocabulario para describir subjetiva o f?sicamente la experiencia.
  2. Falta de informaci?n acerca de biolog?a de la sexualidad y los diferentes cambios de la vida.
  3. Falta de informaci?n acerca de la influencia de los roles gen?ricos en mujeres y hombres, las expectativas, creencias y conductas.
  4. Acceso inadecuado a la informaci?n y servicios sobre anticonceptivos, aborto, des?rdenes sexuales, prevenci?n y tratamiento, trastornos sexuales y violencia dom?stica.

B. Angustia por percibirse como incapacitada para alcanzar las metas culturales para la sexualidad.

  1. Ansiedad o verg?enza acerca del cuerpo, no sentirse  atractiva sexualmente o por su respuesta sexual.
  2. Confusi?n o verg?enza acerca de la orientaci?n sexual, identidad, fantas?as o deseos.
  3.  Falta de inter?s, fatiga o falta de tiempo para las obligaciones familiares y laborales.

II. Problemas sexuales relacionados con la pareja y la relaci?n.

  1. Inhibici?n o aflicci?n derivada de la traici?n, por miedo a la pareja, abuso de la pareja, desigualdad en el poder, o por patrones negativos de la pareja en la comunicaci?n.
  2. Discrepancia en el deseo por la actividad sexual o en las preferencias de esas actividades.

  3. Disminuci?n del deseo provocado por conflictos o experiencias traum?ticas, por ejemplo infertilidad o muerte de un hijo/a.
  4. Disminuci?n en el deseo o la excitaci?n del compa?ero.

III. Problemas sexuales asociados a factores psicol?gicos

A. Agresi?n sexual, falta de confianza  o inhibici?n sexual del placer por:

  1. Experiencias pasadas de abuso sexual, f?sico o emocional.
  2. Depresi?n o ansiedad.

B. Inhibici?n sexual por miedo al acto sexual o sus posibles consecuencias: dolor, embarazo, enfermedades de transmisi?n sexual, p?rdida de la pareja.

[pagebreak:PROBLEMAS SEXUALES ASOCIADOS A FACTORES M?DICOS]

IV. Problemas sexuales asociados a factores m?dicos

  • Enfermedades
  • Medicaci?n o tratamientos
  • Iatrogenia

(Ellyn Kaschak, PhD y Leonere Tiefer, 2001)

Conclusiones:


  1. No podemos hablar de sexualidad desde una supuesta neutralidad cient?fica indiferente a las implicaciones pol?ticas e ideol?gicas subyacentes. Subrayando que el hecho sexual nunca es un fen?meno biol?gico aislado, sino se traduce como un hecho cultural, socializado en su expresi?n, pero tambi?n en su interpretaci?n.  La sociedad patriarcal, al definir lo humano como masculino, ha definido a la mujer como lo negativo. La sexualidad femenina ha sido vista como ?faltante?. 

  2. La sexualidad es una relaci?n social que contiene internamente relaciones de poder y est? inmersa en la red de las relaciones sociales.  Toda relaci?n de poder es una relaci?n pol?tica y por lo tanto la sexualidad tiene contenido pol?tico, que ha sido ocultado, omitiendo que existen opresores y oprimidos, perdi?ndose la posibilidad de explicar las llamadas ?disfunciones sexuales. La psicolog?a y la psiquiatr?a tienen una gran deuda con las v?ctimas de la violencia sexual. El avance en Am?rica Latina hacia una atenci?n respetuosa y efectiva es hasta hoy, s?lo ideas. 



Documento disponible en Dra. Gioconda Batres M茅ndez Directora Programa Regional de Capacitaci贸n contra la Violencia de G茅nero y Trauma Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevenci贸n del Delito y Tratamiento del Delincuente.
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